Se trata de Grupo Adym, una firma desconocida en el rubro de la limpieza. Pese a las impugnaciones de sus competidoras se le adjudicó un contrato de más de 693 mil pesos. Su dueño es un viejo conocido de Emiliano Giri y de otros funcionarios municipales.
La licitación del servicio de limpieza de las oficinas del Ente de Turismo tuvo un desenlace llamativo. El contrato quedó en manos de una empresa prácticamente desconocida en el rubro, que declara tener un escaso número de empleados y que ejerce como una de sus principales actividades la prestación de servicios de consultoría en informática y la comercialización de productos tecnológicos.
Su nombre es Grupo Adym SA, con domicilio en el departamento E del cuarto piso de Santiago del Estero 1741, en la ciudad de Mar del Plata.
Como sus propietarios figuran Mariana Rossi y José María Figueroa, este último ligado desde su adolescencia a funcionarios municipales como el presidente del Ente de Deportes, Guillermo Volponi o el ex presidente de Turismo, Emiliano Giri.
Los vínculos de amistad provienen desde hace décadas, cuando compartían el colegio Peralta Ramos y la afición por el rugby en el Club Sporting.
La empresa de Figueroa se anotició de que quedó a cargo de la limpieza de las instalaciones de Turismo el pasado 4 de marzo, como resultado de un sugestivo trámite de licitación en el que hubo múltiples impugnaciones de parte de otras compañías que, además de denunciar el faltante de buena parte de la documentación requerida en el pliego de bases y condiciones, remarcaron la casi nula trayectoria de la firma en la actividad para la cual terminó siendo contratada.
La adjudicación a Adym SA fue uno de los últimos actos administrativos realizados por el ex presidente del organismo, Emiliano Giri, antes de ser detenido por la Justicia el pasado 8 de marzo por estar involucrado en una causa por corrupción.
El dictamen que lleva su firma establece que Adym S. recibirá $693.616,96 por los servicios que preste entre el 11 de marzo de 2016 y el 31 de enero de 2017, para mantener las instalaciones de la dependencia limpias y ordenadas.
El documento señala que a pesar de las impugnaciones realizadas por las otras compañías que compitieron en la licitación, la oferta de Grupo Adym SA resultaba la “más conveniente a los intereses del Ente” por ser la más barata.
Es que mientras que esta firma propuso recibir un pago mensual de unos 60 mil pesos por sus servicios, las otras habían ofertado sumas de entre 64 mil y 65 mil.
Lo curioso es que al margen de considerar el precio, quienes debieron analizar la licitación habrían desestimado ciertos detalles, tales como que los antecedentes de la empresa para ocuparse de la limpieza eran casi inexistentes en comparación con los de sus competidoras.
De hecho Grupo Adym SA aparece en el Boletín Oficial como una firma dedicada a tareas como la administración de banco de fotos y auditoría de pautas de televisión; fabricación de productos de fibras textiles, explotación de establecimientos rurales, traslado de cargas, administración de inmuebles, asesoramiento industrial, entre otras.
Pero la información que prevalece en la web indica que Grupo Adym SA funciona como una firma dedicada principalmente a prestar servicios informáticos y a comercializar productos tecnológicos al por mayor.
De hecho dentro del organismo a muchos les causó sorpresa que esta vez se ofreciera para limpiar las oficinas. Es que funcionarios de carrera del organismo estaban familiarizados con el nombre de la empresa debido a que hacía un año había participado de otra licitación que no era de limpieza, sino para proveer servicios de “recopilación de datos y asesoramiento de demanda”.
El hecho de que este año Grupo Adym SA apareciera tratando de desempeñarse en una nueva actividad, fue advertido como algo sugerente por quienes llevaron adelante el trámite. Pero eso no impidió que la empresa terminara beneficiándose con el contrato.
Además, la falta de antecedentes en el mercado de la limpieza de establecimientos públicos no fue el único obstáculo que la firma debió sortear para hacerse con la adjudicación, ya que también debió superar las impugnaciones que en su momento realizaron las otras firmas que participaron de la licitación y que denunciaron que Grupo Adym no había presentado en tiempo y forma su “estatuto, actas, dictamen profesional contable ni una copia firmada de recibo de pliego”.